jueves, 19 de noviembre de 2009

Fiel profanación


“Virgen del Rossío: ¡haz que cuando caiga, aterrice siempre de pie...!” Así podría rezarle a esta curiosa estatuilla cualquier transeúnte que, en un repentino rapto de fe, quisiera encomendarle sus (malos) pasos a esta recién adoptada patrona del barrio. Resulta que el Rossío, escogido por la cadena Gat Rooms para construir su hotel en Lisboa, es un distrito con vocación callejera y juerguista; y que esta virgen-gato, católica en su atuendo pero pagana hasta los bigotes, ha sabido llegarle al corazón a fieles y renegados por igual. Los turistas se asombran y le hacen fotos; los locales le llevan flores, le rezan y dicen “¡Maja!”. Y ella, fundida en bronce, a todos los mira con expresión ecuánime.

Mide sólo un metro, pero se ve imponente; pesa 60 kilos, pero parece ingrávida… y aparenta no saber nada de los 48 kilos de arcilla que fue preciso moldear para darle vida, o del extenso proceso de investigación que culminó en esta pieza: un diseño vanguardista que, sin embargo, sigue al pie de la letra una tradición icónica de siglos. ¡Virgen santa!



Un poco de inspiración
La llamada Virgen de la Santa Memoria, diseñada por Luis Eslava, de seguro cuenta con más de un devoto -entre frikis de la informática, católicos recalcitrantes, coleccionistas de arte… Esta manera audaz y provocativa de interpretar un ícono religioso nos dio algunas ideas sobre el camino a seguir.

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