miércoles, 23 de febrero de 2011

Barceló mon amour


Por tercer año consecutivo, Wanda se encargó de darle un toque de San Valentín al salón del Hotel Barceló Raval. 

A defecto de los tradicionales corazones, que abundan por estas fechas, fueron gigantescos globos que, aleatoriamente colocados, trajeron de su rojo apasionado, el ambiente más adecuado para esta celebración íntima, pero dejando a la vez, flotar en los salones la sensual fragancia de un elixir de amor…








Te quiero, amor, amor absurdamente,
Tontamente, perdido, iluminado...



De los globos colgaban unas tarjetitas, que llevaban versos de los poetas más enamorados... Versos de felicidad, dolor, recuerdos o también nostalgia, estas rimas que atraviesan el corazón, o sencillamente, divierten al enamorado ingenuo o algo distraído... O que se esconde detrás de la tarjeta, fingiendo leer el poema  mientras echa un ojo discreto al escote de su Valentina.


Otra vez el salón quedó con esa atmósfera mágica y romántica, volviendo cada rincón, bajo su mismo globo, en un nido de cariño y de pasión...  Estando en un hotel además, en el centro histórico de Barcelona, ciudad apasionada, atrevida y pícara... ¿Después de tres años, cuántos niños inspirados por Wanda habrán nacido ya...?

Hasta el año que viene tortolitos, aunque para celebrar el amor, todos los días del año valen...

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